lunes, 11 de octubre de 2010

BÚCAROS EN EL CAMINO (y 2)

La tercera jornada se inicia en Portomarín y finaliza en Palas de Rey: ¡vaya paliza!. Nos da la sensación de haber andado más de 30 kilómetros cuando según el libro de ruta había 25. Lo comentamos con otros peregrinos y nos dan la razon, todo el mundo llega bastante tocado a Palas; pero nada como una buena cena y una cama para recuperar fuerzas y energías, además en este pueblo se une a nosotros el cuarto búcaro (José) y, a pesar de vernos con las caras mostrando el cansancio, nos sube la moral para continuar haciendo el camino. Así, a la hora de costumbre salimos de Palas de Rey, al día siguiente, en busca de nuestro próximo destino: Arzúa. Esta etapa parece la más larga pero cuando llegamos al final no lo es y acabamos mejor físicamente que el día anterior. Abunda el bosque y eso hace que andar por veredas bien formadas y descontando mojones hasta Santiago torne más llevadero el camino. En Arzúa volvemos a coincidir con algún peregrino que hemos visto días anteriores, uno de ellos es Norman, un venezolando afincado en Alemania que viene desde Sevilla y que nos acompaña en el pueblo de llegada a la hora de tomar unos vinos.
Nos quedan menos de 50 kilómetros y los dividimos en dos jornadas, la primera de ellas con salida en Arzúa y final en Perouzo, unos 25 kilómetros, que andamos con la alegría de que el final está cerca. Pero no todo iba a ser tan llevadero y a falta de 15 kilómetros aproximadamente hizo acto de aparición la lluvia, nos empezamos a mojar pero a poca distancia aparece un bar que nos ilumina la cara y allí hacemos un alto en el camino. Unos huevos fritos con bacon acompañados de cerveza, café y chupito nos hacen olvidarnos de la lluvia y cuando vemos que escampa arrancamos para llegar lo antes posible. Cuando emprendemos la marcha vuelve a aparecer el agua y nos vamos mojando cada vez más para llegar a Perouzo como sopas y calados hasta los huesos: "nadie dijo que esto fuera a ser fácil". Después de una ducha y una buena comida nos reponemos y damos un paseo por el pueblo para hacer tiempo e irnos a descansar. La última etapa la afrontamos con la ilusión de llegar al objetivo final, que es entrar en Santiago de Compostela andando y recoger la Compostela. Antes de llegar pasamos por el Monte do Gozo, y allí, al pie del monumento a Juan Pablo II, León saca la dulzaina y entona una jota segoviana, el silencio se hace notar y el sonido lleva a una segoviana que estaba haciendo el camino a escuchar la canción, también hay alguna que se arranca a bailar y José, Fernando y Vicente disfrutan con emoción del momento tan bonito que se vive mientras lo graban en la memoria.Y llegamos a Santiago a recoger la Compostela, después de hacer una larga cola junto al resto de peregrinos. En la oficina destinada a ello dejamos constancia de que cuatro segovianos llegados desde Sauquillo de Cabezas hicieron más de 100 kilómetros a pie del Camino de Santiago en el año Xacobeo de 2010.
El último día de la aventura, domingo 10 del 10 del 10, la misa es a las 12:00 horas, nos acercamos a la Catedral pero vemos que las largas colas de espera hacen imposible entrar, decidimos poner fin al Camino y regresar al lugar de origen, Sauquillo de Cabezas. En el camino de vuelta recibimos la llamada de nuestro amigo Norman, nos dice que él si pudo entrar en el templo y, extraordinariamente, le dejaron acceder a la Cripta del Santo donde también pidió por nosotros.
¡SALUD Y BUENA SUERTE!

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